Fue la tarde del miércoles cuando el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares se reunió, en la residencia oficial de Los Pinos, con el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto. Y la información oficial que se dio a conocer sobre el contenido de esa charla, que al parecer duró casi dos horas, es que fue “para comentar la situación de Veracruz y pedir la participación del Gobierno Federal en la reparación de los daños que varios fenómenos naturales provocaron en distintas regiones del Estado”.

En el boletín que circularon entre medios afines al gobierno, el mandatario veracruzano afirma que Peña Nieto se mostró con buena disposición para apoyar a Veracruz por el tema de los damnificados de los meteoros que nos han azotado, pero…

¿Y del asunto electoral que ya estamos viviendo, de los temas de los duartistas, de la aspiración que tiene el gobernante para heredar el cargo a su hijo?, ¿a poco de eso no hablaron? Más bien ese debió ser el punto medular de la charla, pero eso obviamente no puede trascender a los medios de comunicación, son pláticas que definen en este caso el rumbo de Veracruz, cuyo contenido se guarda en secreto porque así son las reglas de la política; ante todo, discreción, y el que no respeta esto tiene su castigo.

Entonces no queda más que especular en torno a este encuentro que, para comenzar, no se sabe si fue a petición del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares o si el presidente Peña lo mandó a traer para enterarlo de algunas cuestiones.

Pero la duda ahí está, y no faltarán los “sácale punta” que harán toda una novela de la plática, como si el gobernador les hubiera llamado saliendo de Los Pinos únicamente para comunicarles, en exclusivísima, sobre lo que trató la plática, o como si Peña Nieto hubiera ordenado hacerle llegar los contenidos a un periodista de la aldea o como si hubieran estado ahí en la oficina presidencial. Eso es lo que se estila en estos nuevos tiempos del periodismo virtual y hay lectores que creen esas historias y, claro, ese es su problema.

Lo que sí es que, al especular sobre este asunto, algunos amigos nos sugerían los siguientes temas, producto de su imaginación y creatividad:

¿Le leerían la cartilla al gobernador la víspera del proceso electoral para que pare su carro y coopere con el gobierno federal, porque es lo que más le conviene si quiere concluir su gobierno de dos años?   

¿Negociaría el audaz político veracruzano, hacer ganar al candidato presidencial priista en Veracruz, con muchos votos, a cambio de que sea su hijo el sucesor?

¿Le llevaría Yunes Linares a Enrique Peña copia del audio o video, con el que amenazó “hacer temblar al país” si le regateaban su triunfo, muy legítimo por cierto, para que vea Peña que a él también lo tiene agarrado por salva sea la parte, y que le vaya midiendo el agua a los camotes el mexiquense?

¿Le pediría que le entregue a Javier Duarte para que sea procesado en Veracruz y así levantar la alicaída imagen de político vengador que se le derrumbó, al no poder cumplirle a los veracruzanos?

¿Le pediría cuando menos que lo deje procesar a Karime Macías, para que su show mediático siga adelante y pueda posicionar a su partido, el PAN, para ganar algo en las elecciones del 2018?

Quién sabe. Lo cierto es que los acuerdos y negociaciones políticas que haya hecho con Peña Nieto dejarán de tener valor al momento en que el PRI dé a conocer el nombre de su candidato a la Presidencia, entonces será él, el candidato, quien decida sobre los asuntos electorales de su partido en cada uno de los estados de la república… ¿No lo creen así?

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