Unas 48.000 personas viajan a diario por la ruta que va desde la bahía de San Francisco hasta Los Ángeles. Un total de 800 km (unas 500 millas), y tan sólo un 3% de ellos utiliza el tren o autobús para hacerlo, según datos de Cabin.
“Sopesar las diferentes opciones es como elegir el veneno que vas a tomar: los vuelos son caros (más aún si incluyes el coste de ir y volver al aeropuerto); mientras que los autobuses son de baja calidad e inseguros, y el tren tarda unas 12 horas”, explica Tom Currier, CEO y Co-Fundador de Cabin.
Al problema de las 500 millas, Tom Currier y Gaetano Cupri, le pusieron remedio con Cabin, el autobús hotel que recorre esa distancia en ocho horas, adaptándose a los ritmos biológicos y reduciendo el estrés.
“Hemos tenido como clientes a abogados y empleados del gobierno, estudiantes de startups tecnológicas y viajeros internacionales. Un punto en común entre todos ellos ha sido el entusiasmo de experimentar una forma más cómoda de viajar, en la que no pierdes el tiempo”, subraya Tom.
Uno de sus principales propósitos ha sido el de rebajar el estrés del viajero haciendo del trayecto algo agradable. Y esto ha sido gracias a su diseño. “Nos inspiramos en los hoteles que amamos, como Standard Hotels en Nueva York, Ace Hotel y Bowery Hotel, pero también miramos opciones más antiguas y lujosas, como los trenes durmientes y transatlánticos”, cuenta el CEO de Cabin.
Sus cabinas están pensadas para que el viajero sienta que está en un hotel limpio y acogedor, por eso han utilizado el color blanco y la madera.
“Cabin deriva de nuestro amor por la época dorada de los viajes, cuando los pasajeros reservaban cabinas en lugar de asientos. Este concepto de espacio privado y alojamiento ayudó a las personas a entusiasmarse tanto con el viaje, como con el destino final”, añade Tom.
El servicio empezó en julio de 2017 y estos dos emprendedores ya están pensando en el futuro con nuevos trayectos para Estados Unidos.
(Texto de Sara Andrade Vía www.traverler.es) |