La delegada federal de la SEDESOL en Veracruz, Ana Guadalupe Ingram Vallines, mejor conocida como Anilú Ingram, se cuidó (he hizo bien) de adelantar sus deseos de competir por uno de los escaños que tocan a Veracruz en el Senado. El OPLE y la Fepade cada día están más alertas en la fiscalización de los adelantados. 

Detalló, eso sí, los beneficios sociales que a Veracruz le han significado los programas federales a su cargo y destacó la forma honesta de su aplicación.

Dijo sentirse orgullosa de que el esfuerzo de su equipo de trabajo llevó a la Delegación del lugar 27 en el que la tomó, al 4º en transparencia y productividad a nivel nacional.

Se definió como una mujer que construye y hace acuerdos, pero que también sabe defenderse y lo hace muy bien, sabe bailar al son que le toquen si es necesario: “No estoy manca”, dijo. 

Y pues no cabe duda de que en estos tiempos en que la política se ha convertido en un cochinero, al político que no quiera ver visiones, mejor que no ande de noche.