No fue chile, pero ardió el ultimátum de Dante Delgado, para que los perredistas dejaran de blofear, atrasar y darle aire a la formalización legal de la Coalición del Frente Ciudadano por México.

El dirigente de Partido Movimiento Ciudadano conoce muy bien el gran poder que ejercen las “tribus” perredistas sobre el jefe de gobierno de la CDMX y tuvo que apostar el resto para que de una u otra manera se aprontaran los acontecimientos.

Y, resultó, ayer, Ricardo Anaya y Mancera por fin se vieron cara a cara y por debajo de la mesa se filtró un probable método de gran calado político y parece ser que los dos se inscribirán como precandidatos de la Coalición, harán una gran precampaña por todo el país y al final, los termómetros del marketing político podría definir al candidato.

Hasta los más experimentados políticos necesitan un par de nalgadas para que se eduquen.