No es ningún entretenimiento sano, para nada, la sarta de insultos, epítetos y otras ofensas que se lanzaron entre sí, el pre candidato de Morena a la presidencia de la república, Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

Se veía venir, porque desde hace mucho tiempo los dos políticos se han “batido en duelo” con las peores expresiones.

Se acusan mutuamente y ambos aseguran que tienen la razón.

Dice AMLO que Yunes Linares resulto “un fiasco” porque prometió resolver el problema de la inseguridad en Veracruz y no ha dado resultados.

“Les dije que Yunes era más perverso que Duarte; además de corrupto es de malas entrañas, por eso Veracruz está hecho un desastre” dijo López Obrador.

Otra opinión que emitió el tabasqueño es que Yunes es un “dictatorzuelo” porque quiere imponer a su hijo como gobernador.

La entrevista fue breve, porque si más tiempo le prestan el micrófono, más señalamientos hubiera hecho del gobernador veracruzano.

Yunes Linares reviró y dijo que el pre candidato de Morena es un “desequilibrado” y con él no se mete, pero advirtió que “no permitiré que me agreda. Siempre tendrá respuesta”.

En su respuesta estableció las enormes diferencias que hay entre ambos y las fue puntualizando, de lo que se puede resumir que AMLO propone amnistía para los delincuentes, en tanto que Yunes Linares propone castigarlos con todo el peso de la ley.

Que él propone la intervención de las fuerzas armadas –Ejército y Marina- para mejorar la seguridad, mientras que López Obrador les llama represores del pueblo.

López Obrador defiende a Javier Duarte porque eran cómplices, mientras que él no solo dijo discursos, sino que es una realidad. No lo dijo pero se entiende que el hecho de haber metido a la cárcel a Javier Duarte.

López Obrador es un corrupto porque tiene gente que recoge dinero para financiarlo y el testimonio son Eva Cadena y la diputada González Sheridan.

Que mientras Yunes Linares trabaja todos los días, López Obrador no trabaja, recibe dinero y además mantiene a cuatro familias, la de él y la de sus tres hijos.

Si materializamos ese momento, el público voltearía a ver a uno y esperaría la reacción del otro, los niveles de discusión cayeron muy abajo, esto se volvió un lavadero; pero después de ver el comportamiento que han tenido los dos en sus propios terrenos, suponemos que esa lucha va a continuar, cuando menos hasta el 1 de julio del próximo año.

En política nada es coincidencia. ¿Será la estrategia que le dieron a alguno de los dos?