La llegada a la dirigencia del PRI en la CDMX del exgobernador de Hidalgo, Francisco Olvera, allana el camino del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Los próximos días serán clave.

En lo local hay cambio de delegados (en Veracruz la llegada de Montano, por ejemplo), y en lo nacional la campaña de Pepe Meade  no levanta más el nombramiento de Francisco Olvera, mejor conocido por su amistad con Osorio Chong y no por su desempeño como alcalde de Pachuca y gobernador de Hidalgo.

Si el PRI quiere dar alguna batalla en el 2018 requerirá echar de Osorio Chong para que controle las estructuras priistas; de lo contrario, Ochoa Reza difícilmente mantendrá el barco a flote.

No es fortuito que el siempre bien enterado periodista Alejandro Aguirre Guerrero haya insistido en dos columnas sucesivas de su plática con Osorio en la que éste le dijo que “a pesar de las muchas voces que lo ubican en el Senado de la República, en esa posición que actualmente ostenta Emilio Gamboa Patrón, él aceptaría estar en aquel lugar donde pudiera ser más útil a su partido”.

Saque cuentas.