A falta de imaginación para conducir la economía por caminos libres e independientes, las autoridades hacendarias de México una vez más echaron mano de las medidas Carstianas para frenar la depreciación del peso con una oferta de 500 millones de dólares repartidos en dos subastas consecutivas con vencimiento a 1 y a 2 meses.

Si bien la herencia de Carstens de sustituir el aumento en las tasas de interés, -que hoy se encuentra a tope del 7% y, de la venta de las reservas de dólares, mediante contratos de cobertura a futuro -pagaderos en pesos- ofrecidos en subastas a las empresas nacionales para que se cubran de las variaciones del tipo de cambio y que gracias a ello, ayer se logró maniatar al dólar cerca de los 20 pesos, analistas no alineados opinan que no es la mejor ni suficiente medida para vacunar al peso de las frecuentes  tormentas monetarias internacionales.

¿Y cuando la maniobra Carstiana deje de funcionar, lo traerán de nuevo a sacar el peso a flote? ¿Qué dirán a esto los candidatos a la presidencia?