Se concretó la salida de Miguel Ángel Osorio Chong de la secretaría de gobernación.

Lo inusual fue que en un evento en Los Pinos, con el Presidente Peña Nieto, Osorio anunciara su renuncia en el momento de dirigir su mensaje alusivo al evento.

Consensado o no, fue algo no visto en la ortodoxia política.

Otro rasgo distintivo fue el trato de “usted” que el Presidente le dio a Osorio Chong. Se dijo lo que se debe decir en estos casos, con un poco de frío y nada más.

Se supone que lo mandan de candidato al senado. Sería la salida decorosa para un esfuerzo de cinco años al frente denla dependencia con el mayor desgaste político y personal.

Por lo pronto, en Veracruz deja viudas y huérfanos. 

Se quedan sin amparo quienes en abierto se la jugaron con el para la candidatura a la presidencia. Algunos ya buscan cobijo con Meade, pero parece que como  siempre pasa en la grilla, una vez que el jefe del grupo cae, los demás también.

Se verá en pocos días, las candidaturas a diputados y senadores revelarán si le respetan al grupo o ya cayeron en desgracia.

En tanto, se oyen lamentos, se percibe  desesperación.

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