Si en verdad el nuevo líder del PRI en Veracruz, Américo Zúñiga Martínez, desea que su partido vuelva a ser competitivo en algunas regiones de Veracruz, deberá buscar urgentemente un real acercamiento con la familia priista, para que se refuercen los cuadros municipales de los diferentes distritos electorales, sobre todo el de San Andrés Tuxtla y en la zona sur, en donde los partidos Morena, PAN y PRD están dinamitando a lo que fue el último bastión del Tricolor. 

El dirigente del Comité Estatal del PRI, Américo Zúñiga Martínez, está cayendo en los mismos desaciertos de sus antecesores, al no atender a la cuna del PRI en Veracruz, “Los Tuxtlas”, lugar en donde todos sus municipios fueron masacrados en los pasados comicios municipales, gracias a que el padre de la traición, Jorge Carvallo Delfín, dividió al PRI al imponer a sus incondicionales como candidatos del Verde a la municipal, a sabiendas que estos no tenían las canicas suficientes para ganar, trayendo esto consigo que el PRI tuviera la peor derrota en su historia misma.

Américo Zúñiga Martínez debe hacerse presente de inmediato en los Tuxtlas, porque mientras el sigue agendando su arribo a esta parte de la entidad, sus principales enemigos le están metiendo todo el turbo y si ya de por sí en las encuestas el PRI anda mal, cuando Américo quiera reafirmar la unidad entre los diferentes grupos políticos de estas zonas, las corrientes priistas seguramente andarán coqueteando con los enemigos.

En torno a la caída del PRI de los Tuxtlas, se dice que los futuros comicios serán “Las Elecciones del Orgullo”, por lo que se debe buscar a los mejores hombres y mujeres para que encabecen los nuevos Comités Municipales del PRI, quienes levantarán el ánimo de la familia priista.

Está claro que si el PRI en Veracruz quiere sobrevivir en los próximos comicios, no le quedará otro camino que buscar la unidad y en algunos casos presentar como candidatos a rostros alejados de su partido, para que la sociedad voltee hacia ellos. El asunto es para meditarse a fondo, porque si eligen a buenos abanderados de la sociedad civil y los apoyan con la estructura partidaria, lo más probable es que recuperan terreno.

Y nos vemos en la otra. 

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