Se confirma que el PRI nacional va con todo a la campaña presidencial de este 1 de julio.

La más reciente evidencia de ello quedó plasmada este jueves 22 de febrero con el anuncio por parte del candidato José Antonio Meade Kuribreña al designar a sus coordinadores regionales de campaña.

Con el último clavo hirviente de su ataúd, Meade sella lo que parece ser una derrota anunciada, al considerar a estos personajes como sus mejores operadores políticos.

El desdén que exhibe para con los integrantes de los partidos Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (PANAL) ofende e indigna, si basamos que su nominación es producto de una coalición.

La ofensa al no dejarles ninguna de las coordinaciones regionales, será seguramente, suficiente elemento para que la estructura y base militante de esos institutos políticos se sienta menos preciada, e incluso porque no decirlo excluida del War Room del candidato ciudadano.

Personajes como Miguel Ángel Osorio Chong, Manlio Fabio Beltrones, Beatriz Paredes, Carolina Viggiano, René Juárez y Mariano González confirman la versión de que el PRI busca a como hechos concretar su extinción política.

La aparente intensión de mandar mensajes de unidad demuestra más un intento desesperado por aferrarse a la posibilidad de salvar lo que sea para sus grupos políticos, a través de espacios en el Senado, en el Congreso Federal y porque no en las Gubernaturas y los Congresos Locales.

Todos los encargados de la operación regional son líderes del priismo en sus circunscripciones, y sus nombramientos más que sumar al proyecto Meadista, confirma el poder aglutinado por años para sostenerse como lo que son, virreyes en este gran reino denominado México.

Ahora bien, la llegada a Veracruz de Beatriz Paredes Rangel, como coordinadora regional para la Tercera Circunscripción que comprenderán los estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán, reafirma el hecho de que detrás de la operación política priista en la entidad, se encuentra el mismismo Fidel Herrera Beltrán.

Y es que los lazos y los amarres políticos entre estos dos personajes se remontan a la etapa de juventud, cuando coincidieron en la Universidad Veracruzana, para después formar parte del equipo de campaña de Luis Echeverria Álvarez, a la postre presidente de México.

De este modo, el binomio Paredes-Herrera, se sabe opera ya, a través de Ranulfo Márquez Hernández -ex delegado de la SEDESOL, removido por sus vínculos con el caso “Bocagate”- quien comienza a elucubrar su estrategia electoral y de movilización a favor del candidato al gobierno de Veracruz, José Francisco Yunes Zorrilla.

Escondido en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI y en Xalapa desde un fraccionamiento cercano a Las Animas, Márquez Hernández intenta retomar el control que en antaño tuvieran bajo la dirección de Herrera Beltrán.

Ahora se sabe, que Héctor Yunes Landa será el responsable de coordinarle la campaña en Veracruz a Pepe Meade, lo que confirma que el cuenqueño sigue siendo la mano que mece la cuna priista.

Lo que no le dicen a Meade, ni tampoco a Yunes Zorrilla, es que también es a través de Herrera, se fomenta el impulso al movimiento López Obradorista de Morena, con la designación de Ricardo Ahued como candidato a Senador, entre muchos otros amarres.

Con tremendo cuerpo de asesores y coordinadores, parece que el proyecto priista busca colocar el último clavo del ataúd del PRI.

Al tiempo.

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