Por estos días, maestros del nivel medio superior optan por llegar a los planteles en taxis o en camiones de pasaje. Es periodo de entrega de calificaciones y alumnos que ni asisten, ni estudian, buscan venganza con los autos de los maestros.

Se han reportado casos a Política al Día de que algunos padres de familia, por la fuerza tratan de obligar a los maestros a que aprueben a sus hijos. No son pocos los casos y a muchos padres no les importa si se trata de maestras.

Esto es todo un tema que se cuece aparte, pero también hay otros que son tristes y dan pena.

Por ejemplo, de pena ajena lo que pasó ayer en el Instituto Tecnológico de Minatitlán (ITM) donde ‘estudiantes’ inconformes con los resultados de las elecciones para renovar directiva de su sociedad de alumnos vandalizaron el edificio, dañaron salones y laboratorios, por lo que se optó por suspender clases.

El problema es que las autoridades de los planteles no denuncian, no demandan y han dejado crecer los problemas y por otro lado los sindicatos con la reforma educativa son un cero a la izquierda y los maestros quedaron en la total indefensión. 

La reforma educativa no defiende la integridad de los maestros.