Ya iniciadas las campañas el mapa político electoral de México y Veracruz continúa tal y como lo dejamos antes de iniciar las vacaciones.
En lo nacional López Obrador continúa imparable y dueño absoluto del primer lugar (¡Váyanle buscando a ese hombre una Banda Presidencial a la medida por favor!).
En lo estatal el panorama es nebuloso.
La constante en las encuestas y sondeos es Miguel Ángel Yunes Márquez en primero y Cuitláhuac en segundo… o viceversa, y en ningún caso con más de cinco puntos porcentuales de diferencia. No he visto encuesta seria que dé otros resultados.
Cuitláhuac confía en su base de 800 mil votos que obtuvo en el 2016, más unos cuatrocientos mil que le pueda arrimar López Obrador y de un plumazo ¡puuuum! Ahí tiene Cuitláhuac su millón doscientos mil votos con los que estima dar la batalla.
Con esa votación bien podría ser gobernador.
Si gana lo hará con la arrolladora popularidad que legitima cualquier triunfo, y aunque no necesariamente es su propia popularidad, ¿Qué más da? Ganaría por la popularidad de AMLO, por la popularidad del partido nuevo y sobre todo por la impopularidad de tantos años del PRI y del PAN en los gobiernos, pero ganaría.
Esa popularidad, sin embargo, tendrá que resistir la brutal embestida del arma de Yunes Márquez: el control político.
En un somero barrido de norte a sur, la potente y férrea manipulación electoral de los partidos en el poder dejan pasmado al más pintado con las nuevas adquisiciones: Chirinos del Ángel en Tempoal; los García Guzmán en Pánuco; Basilio Picazzo en Papantla; los Sánchez Macías en Martínez de la Torre; la mayoría de los ex alcaldes del AVE; los Vázquez Saut en Acayucan; los Pérez Garay en San Andrés Tuxtla; los Tronco en Las Choapas.
Cada uno de ellos puede acercarle cuando menos unos treinta mil votos más a la coalición y si Usted no quiere ver esa realidad por considerarlos escoria o lo que guste y mande, allá Usted.
Un cuarto de millón de votos le ofrecen al hijo de Yunes y, por cierto, saben cómo ganarlos. No son improvisados ni están vendiendo espejitos.
Con ese cuarto de millón más el millón que logró el PAN-PRD en el 2016 ya puede Yunes Márquez ir buscando la piel con la que tapizará su silla en Palacio de Gobierno.
En esas zonas, donde la popularidad viene valiendo una pura y dos con sal, en donde las necesidades son totales, donde una despensa resuelve el hambre de hoy, donde las redes sociales no tienen impacto, en esas zonas -rurales casi todas- donde tradicionalmente el PRI operaba y hoy se da golpes de pecho, allí es donde Chiquiyunes tiene su nicho de oportunidad y en ese control confía su triunfo.
Dígame usted si los García Guzmán no son dueños de almas y conciencias en Pánuco; niegue que Basilio Picazzo tiene una facilidad impresionante para desplazar a miles de indígenas de la Sierra de Papantla; ¿Olvida Usted la tradición de las Vázquez Saut en Acayucan?; ¿Acaso los Tronco en Las Choapas no son capaces de inhibir el voto a cualquier costo?; ¿Cree ilusamente que se vota igual en las Ánimas de Xalapa que en las casas de palma de Tamiahua o en la sierra de Uxpanapa?
Pepe Yunes por su parte tendrá el voto de la base priista tradicional, la que mueva el aparato federal, más la población que ha demostrado no estar de acuerdo con los candidatos de las dos coaliciones. Esa cantidad de votos hoy es muy difícil de predecir y menos de contar en estos momentos, y serán las encuestas las que lo vayan haciendo.
Por lo pronto, las armas de Cuitláhuac y de Yunes Márquez están a la vista. Popularidad vs Control Político. Primero o segundo lugar… segundo lugar o primero… hoy no hay de otra.
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