A escasos 30 días de la jornada cívica para renovar la gubernatura, los números dan una sorpresiva voltereta.
El escándalo electorero de Karime Macías, el ingrato olvido del presidenciable Ricardo Anaya y la inopinada declaración del mandatario estatal, Miguel Angel Yunes Linares, no desmentida, de que “cueste lo que cueste” sus hijos serán gobernadores hasta el 2030, alteraron la percepción ciudadana.
Las redes sociales, hoy al mando de la opinión pública, sumaron en cascada puntos de reprobación a la estrategia azul que encabeza Yunes Linares en favor del autollamado “chiquiyunes”.
Mientras los aliados PRD y Movimiento Ciudadano quedaron pasmados; Morena gana ventaja tras las repetidas visitas del Peje, y de manera por demás sorpresiva Pepe Yunes se cuela a los primeros sitios con propuestas y proyectos sin descalificar al adversario, solo sumando y recorriendo pueblos y ciudades.
Este fin de semana Pepe concluyó su recorrido por las cabeceras de casi 80 municipios beneficiados por su gestión senatorial a donde llevó obras y programas por 4 mil 500 millones de pesos y en mítines monstruo ha demostrado que la simpatía ciudadana está con él.
Las últimas visitas de los presidenciables a Veracruz, hoy toca a Xalapa recibir a Andrés Manuel López Obrador y Meade vendrá el seis de junio –de Anaya poco se sabe-, así como el segundo debate el martes 15 del presente en el Museo de Antropología, marcarán el epílogo de una cerradísima contienda.
Si Pepe gana el debate –dada su seriedad, conocimientos y experiencia- entrará en abierta disputa por la final con Cuitláhuac García, quien no existe sin Andrés Manuel López Obrador.
Para el caso de Yunes Márquez, la sombra del padre a estas alturas de su campaña, es una pesada losa que lo tiene rendido, al tope de su crecimiento.
La pretendida guerra mediática de Yunes Linares más que ayudar le ha provocado una seria erosión al atajar su crecimiento. Mucha luz le ha provocado mucha sombra.
Y es que quien declara es el papá, quien advierte es el papá, quien es dador y organizador es el papá y quien se pelea con medio mundo es el papá.
No lo deja crecer.
Sus propuestas y personalidad propias se ven desdibujadas por su injerencia, por sus explosivas cajas chinas que al final del día se han convertido en efecto boomerang, amén de ese necio afán de violentar la veda electoral so pretexto de la “aplicación de la justicia”.
Y eso la sociedad civil lo registra. Ya no es como antes en donde una inercia aletargada movía la preferencia electoral.
Hoy gracias a las redes sociales y el despertar ciudadano, la gente se entera, opina, participa y decide y los líderes de opinión contrarios a la causa monárquica, ahí están y a querer o no marcan tendencias.
El tema Karime regresó al imaginario colectivo aquel 2016 en donde la lucha por el poder apoyado en repetidos ataques al ex gobernador Javier Duarte marcaron el camino a una inobjetable victoria. La desilusión, sin embargo, sobrevino luego que jamás se sabría de devolución alguna de los 35 mil –ahora dice el gobernador que fueron 50 mil- millones de pesos, aunado su mal gobierno que está a seis meses de concluir su mandato.
Eso lastimó.
Ofendió la percepción ciudadana que ya mismo mira más con morbo que convencimiento el tema Karime, una mujer perseguida y acosada con justeza y justicia, pero en destiempo. La esposa de Duarte es un tema electoral no digerible, es un asunto que se traduce en pretendido engaño colectivo.
Ello sin que disculpe sus presuntas raterías que es un asunto de otro orden.
Así, a días de la elección, 5.8 millones de veracruzanos norman su criterio. Van por la experiencia, por la seriedad política y por la mejor propuesta y en esa recta final se colocan Cuitláhuac y Pepe en un cierre de película en donde cada quien trae amarrada a su clientela, una clientela en donde no median los ríos de dinero ni compromisos inconfesables, solo el convencimiento de que son la opción para el cambio real en Veracruz.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |