No por mucho madrugar amanece más temprano, ni menos usar atajos fuera de la ley asegura que se aplique la justicia, al contrario, facilita la impunidad y la burla de los peces gordos perseguidos.

Desde la detención del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa se habló de que la libertad de su esposa Karime Macías estaba negociada y con lujo puntual se publicaron los detalles de su viaje al paraíso inglés.

Hoy se sabe que extraditarla y llevarla a juicio será casi imposible pues el gobierno mexicano ni siquiera inicia el trámite protocolario para ello.

Mientras tanto, en el Reino Unido consideran otorgarle asilo político precisamente porque las acciones ilegales del gobierno de Veracruz para ubicarla en Londres la configuran como víctima de acoso y espionaje.

Así de enredadas andan las cosas con la justicia, tanto que al final no se sabrá a ciencia cierta quién fue el verdadero protector de Karime Macías, si sus ‘aliados’ del poder federal o sus perseguidores del poder estatal.