Sólo le faltó al presidente estatal del PRI, Américo Zúñiga Martínez, dar nombres y apellidos, pero hoy habló bien y habló fuerte.

Aseguró que el PRI sigue en pie de lucha y que la elección ha sido una gran lección.

No se guardó tampoco su propia piedrita pues pone “a consideración de los verdaderos priistas, de la militancia que trabajó y no se rinde”, su responsabilidad al frente del partido.

Reconoció toda la valía de Pepe Yunes y dijo que iniciarán una transformación del partido con quienes a pesar de las adversidades trabajaron a favor.

Se dijo contento a pesar de todo y que está firme y digno por dar la cara y no “estar dándole la espalda a mi partido, ni tampoco servir en la reuniones de quienes no levantaron un solo dedo para evitar esta debacle; no vamos a permitir que sean los carroñeros los que decidan”.

En los procesos de reconstrucción el librito dicta lo que hoy hace Américo, reconocer lealtades, cerrar paso a los traidores y poner a consideración de la militancia los resultados.