Al final del Duartismo, el Congreso veracruzano dejó de ser su Oficialía de Partes.
El difunto Juan Nicolás Callejas y Octavia Ortega perdieron el control y ni con bombones o chocolates podían convencer a nadie.
En el tintero quedaron iniciativas como la ratificación de la deuda, la venta de Casa Veracruz y el nombramiento de un Fiscal Anticorrupción, entre otras.
Legisladores ‘de casa’ como Ricardo Ahued o Paco Garrido, se rebelaron y encabezaron una fiera lucha interna por la legalidad.
Ahora, la historia parece repetirse.
A pesar de que las negociaciones de Palacio para tener una mayoría calificada (34 votos) parecían ir viento en popa… ayer, fracasaron.
La iniciativa para salvaguardar en rango Constitucional la familia tradicional, fracasó por solo dos votos… curiosamente, con solo dos supuestos diputados ‘de casa’ hubiera bastado, pero Cinthya Lobato y Ernesto Cuevas no votaron; Sergio Rodríguez Cortés y Hugo González se abstuvieron.
El PAN perdió el Palacio y todo se le derrumbó como un castillo de naipes. |