Si a estas alturas del bienio el gobernador electo Cuitláhuac García Jiménez todavía guarda la esperanza que le dejen una administración saneada y sin deudas, no queda de otra más que decirle como dicen los millenials “Ternurita”.

Y es que no se ve por ningún lado que Yunes Linares tenga intención alguna de pagar los adeudos que viene arrastrando la administración desde el sexenio pasado.

Cuitláhuac comentó: “Yo espero que ahora sí les paguen, fue un compromiso del gobierno actual, (…) ojalá y no me hereden deudas, (…) ojalá, insisto, que el gobierno actual pague lo que debe”.

Sí, seguramente este buen deseo ya lo está tomando en cuenta el gobernador actual y raudo y veloz debió haber girado instrucciones a su Secretario de Finanzas para que ponga la casa en orden.

Con la pena Don Cuitláhuac, pero apostamos doble contra sencillo que esa súplica suya la habrá apuntado el gobernador actual entre las 1,238 cosas sin importancia que jamás atenderá.

Aunque, claro, ¡Se vale soñar!