Interesante resultaron las declaraciones del gobernador electo Cuitláhuac García Jiménez al sostener un encuentro con el eterno líder nacional de los Telefonistas, Francisco Hernández Juárez, en conocido hotel de la capital del Estado.
Sus declaraciones coinciden con lo referido a este reportero en pasada entrevista tanto por el propio García Jiménez como por quien será el responsable de la política interior de su gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, al referirse que se desarrollarán consultas para determinar la conformación del mismo.
Ahora bien, también quedó claro que García Jiménez comienza a observar a una horda de zopilotes que lo comienzan a rodear en su afán de mutar de plumaje en instalarse como parte del nuevo gobierno.
Contundente resultó al cuestionamiento de si su padre Don Atanasio García estaría conformando un gabinete en paralelo con su posible anuencia, a lo que el ahora electo refirió, “Mi papá es mi papá y yo soy yo…; si él los dijo pues allá él, yo decido quién”.
Como será entonces su método de selección se le inquirió, a lo que el diputado federal con licencia afirmó “Con consultas, estamos consultando a la gente en general…; todos los que lo hagan en espectaculares están descartados”, remarcó.
La propuesta de integrar un gabinete de manera plural no suena mal, siempre y cuando los perfiles de quienes le conformen realmente sean personas con conocimiento, capacidad y experiencia para el encargo, y a esa lista no se sumen viejas rémoras de gobiernos anteriores que mancharon el prestigio de la función pública en Veracruz.
La curva de aprendizaje evidentemente será un factor en contra de la próxima administración, no se puede, mucho menos se debe, haber sido critico en extremo de lo que hoy es gobierno, para llegar a pedir paciencia en el proceso de entrega de resultados, la contundencia en la selección, su inmediata incorporación y la entrega de resultados habrán de ser vitales para el éxito del próximo gobierno estatal.
Demandar a la sociedad en su conjunto paciencia en la efectividad de un nuevo gobierno, tras generar tan altas expectativas es una suerte de mentira que resulta terminar en una lastimosa realidad.
El nuevo gobierno debe y tiene que ser efectivo desde el primer minuto de su encomienda, nada de paciencia, nada de tiempo, bien se dice por ahí que no es lo mismo ser “borracho, que cantinero”.
La pelota está en su cancha, ahora solo corresponderá a esta nueva administración confirmar de que están hechos.
Al tiempo.
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