Comentan en los cafés que en la ortodoxia política priista los gabinetes se conocían hasta un día antes de que presidentes o gobernadores tomaban posesión de sus cargos… E incluso en los gobiernos panistas y perredistas así se practicó también.  

El pago de facturas, acomodos y la adjudicación de cotos de poder era difícil, pero era parte del show.

En Veracruz, si bien Cuitláhuac García Jiménez como gobernador electo ha destapado a dos de los que serán miembros del gabinete, cada día arrecian las patadas y canillazos por debajo de la mesa.

Vivir fuera del presupuesto, como dijera ‘El Tlacuache’ Garizurieta, es un error y lo saben muy bien las cámaras empresariales, colegios, barras de profesionistas y hasta el clero. Inclusive en Morena los grupos más poderosos buscan a toda costa meter su pony en Troya. 

En turismo, agricultura, ganadería, finanzas, educación y seguridad pública, no hay acuerdos y se sabe que algunos negros se han levantado enojados de la mesa en que cenaban. 

En esos grupos y asociaciones de poder hay división, liderazgos débiles e inestables, que impiden a Cuitláhuac seguir el ejemplo mediático de AMLO. 

Canillazos para los grupúsculos de la sociedad que a toda costa quieren meter su concha en el café lechero.