A quien parece que no le ha caído el veinte de la derrota electoral del 1o de julio, es al Presidente Enrique Peña Nieto.

En la reveladora entrevista que le realizara Ciro Gómez Leyva y que se transmitió por Imagen TV, Peña Nieto admite que:

- José Antonio Meade no funcionó.

- El PRI estaba desgastado por el ejercicio del poder.

- En el mundo los niveles de aceptación de los gobernantes son menores que antes.

¡Aaaaahhhhh! Pero a la dura pregunta de si ¿Peña Nieto fue factor en la derrota? El Presidente escurrió el bulto argumentando que sus detractores seguramente así lo querrían ver, pero que él piensa que no.

Achismiachis los mariachis, ahora resulta que todo estuvo en contra menos su gestión.

Y es que es la fecha que parece no darse cuenta que Osorio Chong y José Narro no jalaron parejo al no ser los candidatos y sigue defendiéndolos; que el PRI no estaba desgastado por el ejercicio del poder, sino por el abuso del poder; que las reformas realizadas fueron impopulares y sin resultados visibles a la fecha; que sus constantes yerros fueron la delicia en las redes al grado de que el pueblo le perdió el respeto; en síntesis, que tomó un país convulsionado y lo dejó parapléjico.

Sólo falta que el PRI en sus ejercicios de autoanálisis determinen que perdieron porque Marte no se alineó con Júpiter.