Luego de que la actual embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, anunciara que dejará el cargo cuando termine el año, más veloz que un rayo, Donald Trump salió a postular a su propia Ivanka Trump.

Donald se desvivió en halagos para Ivanka de quien dijo que sería una “increíble” embajadora y redondeó con elogios como: “He escuchado muchos nombres (para ocupar el cargo). He escuchado el de Ivanka. Creo que Ivanka sería increíble (...). Ivanka sería dinamita”.

Luego de esto, y ante la reacción poco favorable matizó: “Eso no significa que vaya a nombrarla, porque me acusarían de nepotismo, a pesar de que no estoy seguro de que haya alguien más competente que ella en el mundo”.

¡Vaya! Igualito que Yunes Linares en Veracruz quien no vio a nadie mejor para sucederlo que su propio hijo.

Afortunadamente en Ivanka reinó la cordura y ella misma se descartó vía Twitter: “Es un honor trabajar en la Casa Blanca junto a tantos y tan buenos colegas. Sé que el Presidente nominará a un sustituto formidable para la embajadora Haley. Esa sustituta no seré yo”.

Hay políticos que sí entienden que la forma es fondo y otros a los que los ciega el amor filial.