La otra y muy diferente realidad de Miguel Ángel Yunes Linares. Muchas reuniones y escasos resultados. Los drones fallaron, las cámaras de seguridad igual, ni el 20% logró instalar y menos pudo hacer que funcionaran y dieran resultados. Su ‘experiencia’ se quedó obsoleta. 

El problema de las estrategias de gobierno es que los gobernantes se casan con ellas y al evaluar avances con criterios triunfalistas les impide ver que los cambios están en su propia manera de querer ver las cosas y no el diagnóstico inicial. 

109 reuniones, 94 ordinarias en días domingo y 15 extraordinarias en dos años debieron ser suficientes para que en algún momento el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares se percatara que su estrategia de combate a la inseguridad no estaba funcionando. 

Prefirió ver lo que quizo ver, lo que le convino declarar en el ocaso de su gestión. ‘Que los índices delictivos disminuyeron en prácticamente todo el estado… y se incrementaron de manera marginal, solamente en dos zonas’… No señor gobernador, sus cuentas y datos producto de sus buenos deseos no son la realidad que vive Veracruz. No es lo que día a día se reporta en los medios regionales, estatales y nacionales. 

Lástima que se casó con una estrategia fallida y que no les cumplió en materia de seguridad a los veracruzanos a pesar del mito de su experiencia.