Para aquellos que piensan que AMLO está jugando cuando dice que sus colaboradores deben ser honestos y eficientes, debieran valorar el bajón en pleno vuelo que le dio a Gerardo Esquivel, uno de sus más cercanos a quien le había confiado la distribución de todos los recursos federales como próximo Subsecretario de Egresos en la SHCP. 

Esquivel le estaba ocasionando un caos mayúsculo con la distribución de los dineros en el Presupuesto de Egresos. Se encerró y acomodó el presupuesto como a él le vino en gana. El resultado un desastre, un despiporre, según el lenguaje de especialistas hacendarios. 

A los campesinos les recortó sin consultar entre 40 y 50 mmdp. A las universidades y Tecnológicos casi 40 mmdp. Intentó desaparecer el Ramo 33. Asesoró a AMLO para que prometiera quitar impuestos en la Frontera, bajar IVA al 8% y el ISR al 20%, pero a la hora de la hora ‘consideró’ que no era posible. 

Pero quizá el golpe fatal que provocó su caída de Egresos fue el tremendo reclamo nacional que sufrió AMLO de parte de Enrique Alfaro, gobernador electo de Jalisco, quien reclamó que quien  hizo los recortes ni siquiera lo escuchó, ni recibió, ni consideró sus proyectos prioritarios. 

Hoy la duda entre los analistas políticos es si la propuesta de Carlos Urzúa para que Esquivel  ocupe el cargo vacante que dejó Roberto del Cueto en Banxico, pueda enviar un mensaje a los mercados del evidente intento de AMLO de manejar con criterios políticos BANXICO, lo que podría representar un mayor costo político para el Presidente. 

Cuando el dinero no alcanza, el destino nos alcanza. Los economistas no entienden de finanzas y los financieros no comprenden ni la economía ni la política.