Bien lo dijo hace algunos días el Presidente Enrique Peña Nieto, hay vida después de la Presidencia. 

En política -reza el dicho- desde el primer día en que uno asume un cargo hay que prepararse para salir, pues esos postreros días son los más difíciles.

En cierta ocasión Política al Día le preguntó a un ahora ex Secretario de Estado qué era lo que más extrañaba de ser Secretario y él contestó “las llamadas”. Al siguiente día de dejar el puesto, comentó, el teléfono dejó de sonar, los mensajes dejaron de llegar y pocos te recuerdan.

Y tiene razón, la vida en la política es así.

Hoy, termina el gobierno de Enrique Peña Nieto en lo presidencial y de Miguel Ángel Yunes Linares en lo local.

Yunes Linares comentó este día ante universitarios 'Hoy termina mi gobierno, no termina la vida’, y esa es una reflexión de altura.

Es tiempo de amarrar las velas y de hacer el recuento de lo realizado.

En cualquier gobierno, en todos los gobiernos, hay cosas buenas y malas. Ni todo puede estar tan mal ni todo puede estar tan bien. Incluso Javier Duarte tuvo claroscuros. 

Muchos quedaron hastiados de Yunes Linares, pero muchos otros le quedarán agradecidos y se palpaba cuando salía a caminar y saludar a la gente en el Centro de la Capital Xalapa.

Por las cosas buenas hoy les decimos GRACIAS, por las cosas malas hoy aún les reclamamos.

Hay vida después de gobernar.