Para Seguridad Pública, una de las áreas más complejas y urgentes de resolver, Cuitláhuac García Jiménez escogió con mucho cuidado el perfil del Secretario.

El pasado 26 de noviembre comentamos en este mismo espacio cuál era el perfil que estaba considerando el ahora Gobernador: a. Que no sea veracruzano, para evitar suspicacias de pagos de facturas locales; b. Que sea de formación policial y que tenga amplia experiencia en tierra y madurez como para hacerse acompañar de militares en las principales áreas de la seguridad pública; Que tenga excelentes relaciones con el responsable de la Seguridad Pública Federal.

También comentamos que habría gente interesada en cuestionar ese perfil, peleando la cancha para un gallo de la aldea o para algún amigo o gente allegada.

Bueno, pues el perfil -según nos lo habían delineado fuentes cercanas al Gobernador- se cumplió a cabalidad en la figura de Hugo Gutiérrez Maldonado, quien es egresado de la Facultad de Derecho y Criminología por la Universidad Autónoma de Nuevo León, cuenta con maestría en el nuevo Sistema Penal Acusatorio y fue Asesor de un alcalde de la zona metropolitana del Estado de Nuevo León.

Y lo que al parecer también se cumplió fue que habría muchos interesados en cuestionarlo y como es normal al que viene de fuera por lo regular se le cargan todas las pulgas.

Hay quienes han comentado que Hugo Gutiérrez Maldonado vendría precedido de una supuesta destitución en Saltillo, Coahuila. Sin embargo, de acuerdo a fuentes internas de la Secretaría de Seguridad Pública, tal destitución no existió, sino que se trató de una simple terminación de contrato.

Así mismo, al parecer existe una aparente homonimia con una persona de nombre Hugo Gutiérrez Rodríguez, a quien medios de comunicación de Coahuila ligan con hechos delictivos.

De acuerdo con la información con que este medio de comunicación cuenta, Hugo Gutiérrez Maldonado es de todas las confianzas no solo de Cuitláhuac sino también de Alfonso Durazo. Y sí, seguramente seguirá siendo motivo de cuestionamientos, que al final de cuentas no son más que un “Bienvenido a Veracruz”.