La política no se ve igual desde adentro del poder que desde afuera, los primeros todo lo ven color de rosa y los de afuera, obvio, todo lo ven menos promisorio.

Pero en los cafés todo se ve diferente, allí el humo del aromático aclara el intelecto y hace que se opine con imparcialidad.

Esta mañana se habló que, en el horizonte inmediato de Américo Zúñiga Martínez, dirigente estatal del PRI en Veracruz, se ven dos caminos: Uno, el dedicarse a su despacho de abogados laboristas, negocio de altos bonos económicos producto del despido masivo de servidores públicos por parte de Yunes Linares y Cuitláhuac García Jiménez; o Dos, ocupar un asiento como Magistrado en el Tribunal Superior de Justicia del Estado.

En lo primero, se sabe que ya monta el despacho y selecciona abogados y personal. En lo segundo, ya integró su expediente para registrarse como aspirante a Magistrado ante la Comisión legislativa del Congreso Local, a donde se presentará mañana sábado o a más tardar el lunes 17.

Los sabios bebedores de café que conocen muy bien cómo mueve la cabeza el teterete y cómo se manejan las cosas en las alturas de la política, afirman que Américo ya debe tener la magistratura en la bolsa; de lo contrario no iría con su pecho sano a pasar la vergüenza de su vida sabiendo que los vientos políticos actuales no le favorecen. 

Lo cierto es que de no haber algún arreglo en la cumbre será un buen termómetro para saber con qué imparcialidad se elegirá a los nuevos magistrados, porque Américo -hasta donde se ha visto- está más que capacitado para el cargo.

¿El PRI? Bueno, esa es hoy una inversión demasiado quebrada como para dedicarle tiempo y recursos.

Lecheros y banderillas para el gobernador Cuitláhuac que liberó el proceso de selección de los nuevos magistrados.