ESTA CLARO que el Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez, ha ganado la primera batalla de su administración estatal, superando los obstáculos que le dejó bien puestos la pasada administración, encabezada por el Ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, al no dejarle los recursos disponibles para cumplir con las obligaciones del Estado, entregando, en tiempo y forma, las quincenas del mes de diciembre y el pago de la prestación más importante que ha alcanzado la clase trabajadora del Estado, es decir, el aguinaldo que les corresponde por un año de trabajo en favor de los programas, acciones y proyectos de la apenas naciente nueva administración estatal.

De acuerdo con lo programado por la Secretaría de Finanzas y Planeación, se han venido entregando los recursos de este fin de año, con lo cual, se cumple, al pie de la letra con este compromiso gubernamental.

Es la primera batalla obtenida en los primeros dieciocho días de gobierno, aunque exista, desde luego, el pendiente más importante que los propios veracruzanos, han estado demandando profundamente y que se refieren, precisamente, al combate frontal de la inseguridad.

Se afirma que este problema es el de mayor preocupación para todos los habitantes de esta entidad, puesto que sin la garantía de seguridad, no se puede avanzar en los programas y proyectos que se tengan para este gobierno. Es necesario que la tranquilidad regrese a los hogares, a las calles, a los caminos y carreteras de la entidad, para que un pueblo, como Veracruz, pueda crecer en la medida que se tiene contemplado.

Al ganar la primera batalla de su administración, el gobernador  García Jiménez, demuestra que tiene ganas de hacer un buen gobierno y responder con eficacia a los veracruzanos, pues bien sabe que son los mismos que le han dado su confianza para sacar adelante a este Estado, a su administración, pero sobre todo, al pueblo, que a pesar de todas las acciones, sigue siendo uno de los más lastimados y que esta en espera de que alguien, como en este caso, el Gobernador del Estado, les devuelva la paz y la tranquilidad, para que pueda seguir creyendo en que hay personas diferentes que pueden hacer las cosas de otra manera y cumplir cabalmente con los compromisos contraídos.

Si de ganar batallas, como la que ya ha superado, el Gobernador del Estado, tiene enfrente uno de los principales retos de su vida, para lo cual tiene que hacer uso de todas las estrategias y de todo el conocimiento de quienes son sus colaboradores, además de tener como respaldo la experiencia de mucha gente que ha trabajado permanentemente, por años, en la administración estatal, y a quienes no les importa las siglas que gobiernen, sino el trabajo que tienen que desempeñar todos los días, pues en bien sabido que la única camiseta que nadie puede quitarse es la de ser veracruzano comprometido con su origen, con su gente, con sus propios principios, con su identidad y con el debido cumplimiento de las tareas encomendadas.

La inseguridad, ha sido el reto más importante de todos los gobernantes, no solo de Veracruz, o del propio país, sino de muchos otros países del mundo que no han logrado superar este problema que se ha convertido en el fantasma social más difícil de erradicar, donde todo tiene que intervenir, tanto las acciones gubernamentales, como los programas educativos, de su propia cultura y oportunidades que se generan, asimismo, con las acciones del propio gobierno.

Y es ese el reto que enfrenta en este momento el gobernador de los veracruzanos, es decir, aplacar, de una buena vez por todas, el problema de la inseguridad y devolver a los veracruzanos, la tranquilidad y la paz, que tanto han deseado y que siguen deseando, aunque nos sea navidad, para que todos convivan en medio del respeto mutuo.

Pero el asunto, sin duda, es difícil, totalmente difícil, por lo que ahora más que nunca, los nuevos gobiernos, nacional, estatal y municipal, tienen que poner todos sus esfuerzos para lograr las metas que tienen, insistimos, sobre todo, en materia de seguridad, pues el Estado, esta obligado, definitivamente, a garantizarla, de tal manera, que haya oportunidades que se puedan aprovechar para seguir por los senderos del desarrollo en todos los sentidos.

Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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