Algo está pasando en Seguridad Pública que no ha habido una adecuada conexión entre el decir y el hacer. 

El Secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, llegó a Veracruz con buenas credenciales. Más allá de la desafortunada confusión que existió entre él y un homónimo de Coahuila, y que no es originario del Estado, tiene buen perfil, una amplia experiencia en tierra y madurez, amén de excelentes relaciones con el responsable de la Seguridad Pública Federal.

Sin embargo, sus credenciales no se han hecho valer y en el primer mes del gobierno del cambio en Veracruz el número de muertes se fue a las nubes. 

Pero para cerrar el círculo, a Hugo Gutiérrez se le nota hastiado de la crítica y deseoso de que los reflectores se muevan a otro sitio.

No es fortuito que fuera de la cordura se haya lanzado contra periodistas que, según él, están influenciados por la delincuencia organizada para denostar su trabajo. 

Seguridad Pública en Veracruz es una cartera demandante, que exige resultados y que debe estar blindada al dulce canto de las sirenas. Es estar 24/7 concentrado y alerta, no por nada Téllez Marié hasta se llegó a desvanecer en un evento público. 

No son los periodistas (por muy poca razón que puedan tener en sus críticas) quienes andan por las calles sembrando cadáveres, son los delincuentes que debe Hugo Gutiérrez combatir. 

No es atajando la suave brizna matinal como se puede contener un torrencial aguacero.