La refinería de Dos Bocas que Andrés Manuel López Obrador aspira dejar como legado, está en riesgo. 

Usando sus propias analogías deportivas, lo que recibió la refiniería fue un gancho al hígado que la mandó a la lona y que la tienen en cuenta de protección. 

El Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), órgano descentralizado de la Secretaría de Energía,  determinó que la Refinería es inviable tanto técnica como financieramente. Lo anterior de acuerdo a lo publicado en el periódico Reforma, que asegura tener una copia de la evaluación. 

Si se construye en Tabasco se debería invertir en acondicionamiento y cimentación para soportar los equipos más robustos de las plantas, así como sacar infraestructura de la API. El costo, por tanto, se elevaría a 14 mil 740 millones de dólares, casi el doble del presupueto inicial de 8 mmdd. El documento establece: “Los ingresos por venta de productos y subproductos no cubren los costos de inversión, operación, mantenimiento e impuestos que se ejercerían por la operación de la infraestructura en un periodo de 20 años”. 

Las opciones que da el IMP para evitar pérdidas es reducir la inversión a 13 mil 808 mdd y ubicarla en Tula, Hidalgo. 

Además, se estima un año de planeación y cuatro de construcción, contrario a los tres años de construcción estimados por la SENER. 

Por cierto, se sabe que Ernesto Ríos Patrón, director del IMP, fue relevado de su cargo después de entregar el estudio sobre la viabilidad de Dos Bocas. Curioso, ¿Verdad Rocío Nahle?