Desde muy dentro del CDE del PRI, desde las entrañas mismas de la cúpula visible del poder político priista se han desprendido consideraciones que muy pocos se hubieran quizá imaginado.

Con el trabajo cotidiano de Lillian Zepahua en la Presidencia del CDE se ha puesto al descubierto el recio carácter y habilidad política de quién hasta hace muy poco daba la idea de ser una tímida y apocada muchachita de ‘papi’ que ha sorprendido a más de cuatro con acciones estratégicas que pocos se hubieran imaginado pudiera hacer.

Y como para muestra basta un botón, el ‘parón' en seco que le dio al recién llegado Delegado del CEN, Hugo Contreras Zepeda, quién llegó a pensar que a Veracruz vino a comer pichón y hacer y deshacer a su antojo. Con una simple tacleada lo puso en su lugar. Nada de que en el Consejo Político decidirá el nombre del próximo Presidente del PRI, ya que esas no son sus facultades, recuerde que eso fue lo que dijo públicamente el delegado. Dejó claro que la Presidente es ella y no él y que todo se decidirá conforme a los estatutos del Partido. Cercanos aseguran haber escuchado: ‘Y que quede claro, usted es el delegado pero aquí la presidente soy yo’. Dos frases suficientes para ubicar a tan distinguido delegado.

Y, así, sin tanto aspavientos Lillian ha puesto orden en la nómina y encargado al incondicional que dejó Américo Zúñiga en la administración, a que sea él quien corra con la responsabilidad de ajustarla y hacer limpieza de aviadores y compensaciones no merecidas a sus amigos, a la vez que se investiga un supuesto gasto mensual de 50 mil pesos en servicio de Internet que ni funciona a plenitud.  

Finalmente, varios de los principales directivos poco a poco se han dado cuenta que Lillian no es la perita en dulce que se imaginaban y que en poco tiempo ha logrado impregnar de estabilidad y esperanzas políticas al tricolor  jarocho.