Este miércoles de ceniza fue para olvidar para la 4a Transformación en Veracruz. 

Dos autoridades distintas de MORENA cometieron errores garrafales que llevaron el nombre de Veracruz al plano nacional. Ambos, seguramente para estas horas, ya los debe conocer. 

El primero fue anecdótico al cambiar en el Congreso del Estado el nombre de Gabriel García Márquez por Francisco García Márquez y además mencionarlo como “mexicano”. Error que en realidad no va más allá de la exhibición de un traspiés, algo que a cualquiera le puede suceder en un momento de descuido. 

El segundo, coyuntural, fue la alusión a Yalitza Aparicio que hizo el Delegado de los programas sociales en Veracruz, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, quien de manera clasista se refirió a ella como parte de la solución de los problemas federales a las estancias infantiles al tener la oportunidad -ahora- las madres trabajadoras, de contratar ‘Yalitzas’ para cuidar a sus niños. 

Sin embargo, viéndolo bien, algunos pueden ser descuidos o dislates y otros reverendos disparates que reflejan la falta esencial de cultura, capacidades, conocimientos, experiencias y estudios. 

Un error se le perdona a cualquiera, no hay seres perfectos, como el tema del Congreso… pero preocupan errores notables y tan reiterados como el que ayer, como cabra loca, salió brincando de Veracruz en la voz de Manuel Huerta porque es servidor público en funciones. 

Hay errores que no pasarán del anecdotario político de la aldea, sin embargo, gobernar así es otro rollo, por lo que se deben ajustar tuercas en muchas, pero muchísimas dependencias. 

Un error, insistimos, lo comete cualquiera… no corregirlos es responsabilidad de alguien y ese alguien no está actuando cuando menos en el ámbito federal. No le bastó el jalón de orejas que le dio López Obrador cuando vino a Córdoba, tal vez esté esperando una mayor reprimenda.   

Mientras tanto, que siga la fiesta. ¿O no?