“Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse así mismo.” – León Tolstoi.

Quienes pensaron que el PRI estaba muerto parece que se equivocaron.

El otrora poderoso instituto político que por más de ocho décadas delineo la vida política nacional, se niega a fenecer.

La extinción que muchos esperaban del gran dinosaurio, resulta ser más la representación de la hidra mitológica, a la que por más que le cortaban una cabeza, le volvían a nacer otras.

De cara a este nuevo proceso de renovación partidaria a nivel nacional y estatal, su militancia comienza a recomponerse, gracias al desencanto que ha provocado la falta de talento y de conducción de la política nacional y estatal.

Y es que debemos decirlo como es, el priismo veracruzano fue el responsable de llevar a Morena al gobierno de Veracruz en el afán de cobrar venganza en dos frentes.

El primero por el maltrato que el Yunismo confirió a los ex colaboradores del régimen priista en tiempos de Javier Duarte y segundo, por un hartazgo social al gobierno corrupto de Enrique Peña Nieto, en donde los escándalos por actos de saqueo descomunal terminaron por hundirlo.

La consecuencia la conocemos todos, la peor de las derrotas políticas de su historia, convirtiéndole en una oposición ínfima en la Cámara de Diputados y Senadores, lo mismo que en el Congreso Local.

Pero pasado el tiempo, llegó la hora de recomponer el camino, al menos así lo refiere uno de los aspirantes a ocupar la dirigencia estatal en Veracruz.

Marlon Ramírez Marín, abogado egresado de la Universidad Cristóbal Colón en el puerto de Veracruz, dos veces subsecretario de Gobierno, ex secretario de Organización del Comité Directivo Estatal, ex presidente del Comité Municipal en el Puerto de Veracruz y actual regidor con licencia afirma: “La deuda con la sociedad de parte del PRI ya está cubierta. La gente ya nos castigó y nos mandó un mensaje muy claro y muy contundente de que, así como iba el PRI ya no quería saber nada de él”.

En entrevista con este reportero Ramírez Marín afirmó que, aunque la militancia “está molesta, sentida, triste, está muy contrariada por el resultado electoral del año anterior”, la gente le ha dado la pauta para poder promover la apertura del partido.

Al destacar que hubo, hay y habrá platicas antes y durante el proceso rumbo a la dirigencia del PRI, señaló que al Partido ya nadie lo va a parar, por lo que espera un resultado favorable en la elección.

“Este cambio ya no lo van a parar. Cuando había primer priista pues teníamos que entender que así era el régimen y de esa manera teníamos que atenderlo, pero hoy ya no es así, hoy ya no tenemos un primer priista, ya no hay quien decida”.

Por ello al devolverle a la militancia el control directo del partido, el PRI se fortalece, colocándole en franca ventaja respecto al actual régimen, que solo da tumbos.

Al tiempo.

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