El jueves 30 de mayo del 2019 fue un día de luz y de sombra para México, Estados Unidos y Canadá. 

En los tres países se preparaba el lanzamiento de cohetes para festejar la recta final del inicio del nuevo Tratado Comercial más importante de América conocido como el T-MEC, el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, soltó una grosera declaración de guerra comercial al anunciar que su país impondrá a México un impuesto del 5% a todos los productos que se importan desde este país.  

Tal medida es violatoria en principio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que aún está vigente y de las reglas de la Organización Mundial del Comercio; pero además, Trump anunció que tal medida sería progresiva hasta que México frenara los flujos migratorios hacia su país. 

Ante tales exabruptos cundió el pánico comercial en nuestro país. Sin embargo, la respuesta del Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador estuvo a la altura de las circunstancias. 

Fue una respuesta institucional, enérgica y con toda dignidad. 

México entero y Donald Trump conocieron ayer mismo los tamaños del Presidente mexicano. 

Trump se quiso pasar de listo como lo ha hecho desde que andaba en campaña por la Presidencia. Cada vez que siente pazos en la azotea en su país por su mal gobierno, jala por las mismas muletillas en contra de nuestro país y de los mexicanos. 

¡Pero eso se acabó! Los mexicanos no estamos dispuestos a seguir agachando la cabeza ante un loco y pendenciero. 

Basta ver los términos de la Carta que el mismo día envió Andrés Manuel López Obrador a Donald Trump. 

Entre lo que resalta por la altura de la respuesta del Presidente Mexicano fue que “los problemas sociales no se resuelven con impuestos ni medidas coercitivas”, al tiempo que le propuso “profundizar el diálogo y buscar juntos alternativas de fondo al problema migratorio”. 

Lo anterior fue una cátedra diplomática que ubica a cada presidente en su lugar, a uno como estadista y al otro como un pendenciero Presidente. 

Pero más allá lo anterior, el Presidente Mexicano expresó en unas cuantas líneas el sentir de los mexicanos: “Por favor, recuerde que no me falta valor, que no soy cobarde ni timorato, sino que actúo por principios: creo en la política que, entre otras, se inventó para evitar la confrontación y la guerra… Desde el principio de mi gobierno le propuse optar por la cooperación para el desarrollo y ayudar a los países centroamericanos con inversiones productivas para crear empleos y resolver de fondo este penoso asunto”. 

Es de notar que el Presidente Trump no sabía de qué le estaba hablando el Presidente mexicano, pues sus belicosas acciones así lo demuestran. 

El pueblo mexicano sabe que el país y su economía están en riesgo, pues nuestro principal comercio se realiza con el vecino país del Norte, pero también sabe que para ellos será una gran pérdida dejar de tener a unos cuantos pasos su principal mercado. 

Por lo pronto la respuesta del Presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido aplaudida por quienes lo llevaron al poder así como por los que hoy dedican gran parte de su tiempo en criticar su gobierno y hasta su persona. 

A ver de qué cuero salen más correas.

@frlicona