Al parecer al Canciller mexicano Marcelo Ebrard se le subieron las ínfulas por aquello de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador lo ha pintado como el salvador del país luego de encabezar la misión negociadora para evitar que Donald Trump impusiera aranceles unilaterales a los productos que ingresaran de nuestro país a la Unión Americana.

Y es que la mañana de este lunes, en su conferencia mañanera, López Obrador habló de lo que no se dijo en Tijuana, o sea de su Plan B, en caso de que los negociantes hubieran fracasado, cerrando así el círculo discursivo. 

Normalmente el tema debió cerrarse allí, pero Ebrard metió su cuchara para contestarle a Trump por sus baladronadas de costumbre y ganó a punta de sombrerazos, ganarse los reflectores. 

Marcelo desmintió a Trump y negó que se haya suscrito algún pacto en materia agrícola y que el ‘acuerdo secreto’ del que habla Trump se refiere a medidas que se aplicarían en caso de no haber resultados en materia migratoria. Sin embargo, ni bien había abierto Ebrard la boca, Trump le contestó que los mexicanos no podrán negar su versión por mucho tiempo. 

En los últimos días, desde su ida y posterior regreso de Estados Unidos, Marcelo se ha dejado ver en los medios con tal intensidad y con una sonrisa tan grande que parece destinado a ser el sucesor de AMLO. 

La posición que tiene Marcelo Ebrard efectivamente es de muchos reflectores, aunque sólo cuando hay problemas internacionales y especialmente con Estados Unidos, que son los que le interesan a la población. 

Por lo tanto, por increíble que parezca, a quien más le conviene la permanencia y reelección de Donald Trump es a Marcel Ebrard para mantenerlo en el bull pen hasta que se llegue el día -dentro de algunos años- de tener que tomar una decisión.