Y no han sido reacciones de papel, ni filosóficas, han sido reacciones violentas mediante bloqueos de carreteras y quema de vehículos propiedad de mexicanos que han tenido la mala fortuna de estar en el lugar cuando se iniciaron los bloqueos. 

Tabasco y la CDMX han sido los escenarios de las principales reacciones violentas. 

En la Ciudad de México este martes decenas de Policías Federales protestaron en la alcaldía de Iztapalapa con la aparente exigencia del pago de un bono mensual que recibían y que está en riesgo de desaparecer, pero en realidad se sabe que la protesta es por el rechazo a la Guardia Nacional. 

Reclaman también que desde la llegada del actual Gobierno de López Obrador se les han reducido sus derechos laborales. Niegan enfilarse en la Guardia Nacional y amenazan con cerrar arterias importantes de la ciudad. 

Además, otro numeroso grupo de policías federales cerraron esta mañana la autopista México-Pachuca y la bloquearon en ambos sentidos de circulación. 

Esta misma mañana en su conferencia mañanera el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que la adhesión a la Guardia Nacional es opcional, que no se obligará a nadie a cambiarse y que en caso de no hacerlo no serán despedidos. 

La situación no es fácil para un cuerpo policial que actuaba libremente y a sus anchas y ahora, al tener que compartir espacios con militares de carrera, deben sentirse incómodos de ser descubiertos en su modo de operar y ser permisivos o quizá hasta de participar con el crimen organizado.