Seguramente habrá alguien en el Gabinete que le podría decir al Presidente Andrés Manuel López Obrador y a su Comunicador Social, Jesús Ramírez, que la información que presentan en las conferencias mañaneras acerca de ‘quién es quién’ en los precios de las gasolinas no es de ninguna utilidad para los consumidores.

¿A quién le puede interesar saber que la “Gasolinera Carrizo vende la gasolina regular más cara del país y se ubicada en Ahome” o que el ‘Grupo Empresarial y Comercial Monterrey de la más barata’ o que ‘ARCO redujo sus precios’?  

Salvo, quizá, a los que viven en dichas ciudades e incluso en las cercanías del expendio.  Es una información que ni siquiera les debe quitar el sueño a los empresarios gasolineros, pues que le compren o no, es una decisión de los consumidores y para ello, el Congreso de la Unión les autorizó dar los precios que se les de la gana.

Es inexplicable que un Presidente de la República, de la estatura de Andrés Manuel López Obrador, con tantos y tantos temas importantes que resuelve, se tome el tiempo de hablar de eso en sus conferencias. Ni que tuviera un talk show en el que tiene que rellenar para cubrir su cuota.

Más bien, Ricardo Sheffield, Procurador Federal del Consumidor, debería explicar cómo está eso de que esta semana realizó 377 visitas de inspección a gasolineras y 19 se negaron a ser revisadas. ¿No hay ley que las obligue a ello?

Ahí es donde se necesita a la Profeco y no estar perdiendo el tiempo inútilmente y sirviendo de relleno en las ‘mañaneras’.