Por un lado, lo que afirmó el Presidente Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que “entre menos administración exista por parte del Gobierno” de los recursos que corresponden a los ciudadanos, es mejor para el país… es sumamente cierto. 

Durante décadas, gracias a que la administración de lo que por ley le corresponde al trabajador, a éste se le ha esquilmado, regateado, se le ha vendido y timado con precios absurdos. 

Esquemas como el Fonacot, las prestaciones para lentes, para despensa, para festejos nimios como el día de la Madre, del Niño o el que guste y mande, todos ellos han sido entregados a la clase trabajadora casi como un obsequio y no como un derecho, y año con año, en las revisiones contractuales, los trabajadores se desviven por un incremento “directo al salario” y un porcentaje en “prestaciones”. 

Si estas prestaciones se integran al salario el trabajador tendría inmediatamente un mejor poder adquisitivo. 

Sin embargo, ojo, no todos están de acuerdo, pues no son pocos los que observan que al incluirse en el salario las prestaciones, también aumentará el ISR de los trabajadores por lo que no habría tal beneficio salvo (eso sí) para el gobierno que incrementaría su recaudación. 

El ejemplo que puso AMLO para justificar su propuesta es sencillo. Mencionó casos de investigadores del Conacyt. "Le dicen (al investigador): 'Esto es lo que te corresponde, pero además como estímulo puedes comprar una computadora'. Casi le dan la marca y solo pueden utilizar el dinero en ese concepto, para ese propósito. Entonces conozco casos donde un investigador tiene dos o tres computadoras porque solo en ese puede ejercer su estímulo", aseguró. 

El “pueblo bueno”, el “pueblo responsable”, tal vez podría pensar que al darle el dinero a ellos podrían comprar la computadora que en realidad necesiten o no comprarla por ya tener una y ocupar su dinero en otra cosa. Pero ojo, también puede suceder que no se compren ninguna computadora pues antes está el estómago que cualquier otra necesidad. 

Este tema no es algo que se deba analizar a la ligera. Ojalá no lo analicen así los legisladores cuando les toque hacerlo.