Esta mañana se recordó en los cafés que al principio del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez sí se invitaba al Fiscal Jorge Winckler a las mesas estatales de Seguridad Pública y también se comentó que, como por encanto, una vez que se dio la instrucción de no invitarlo más, las filtraciones de acuerdos y estrategias que se toman en esa mesa de coordinación cesaron. 

Esa mesa denominada a nivel local como “Unidos para la Construcción de la Paz”, está integrada por la SEDENA, Marina-Armada de México, Seguridad Pública, la Guardia Nacional, la Policía Federal y el delegado federal de los Programas de Bienestar del Gobierno Federal en Veracruz, y en un principio estuvo considerada también la SEV y la propia Fiscalía. 

Ese aspecto tan delicado como al fuga de información (que ya ha comentado en varias ocasiones el propio Secretario de Gobierno) es lo que ha mantenido alejado a Winckler de las reuniones. Sin embargo, muchos se preguntaron qué significaba que lo hubieran vuelto a invitar a la Mesa a principios de semana. 

Realmente el famoso reencuentro entre el gobernador Cuitláhuac y Winckler en la Mesa fue más bien circunstancial y obligado, pues se dio un empalme de una reunión de este grupo de coordinación estatal con el municipal convocado por el alcalde de Xalapa al que asistieron también varios alcaldes más de la zona y al cual sí estaba considerado Winckler. 

Por lo tanto, en el café político se comentó que quienes pensaban que la normalidad por fin imperaría y que las reuniones Winckler-Cuitláhuac serían comunes, tal vez deban seguir esperando sentados. La distancia entre el gobernador y fiscal es aún extensa y nada sana. 

Canillazos para los que piensan que se acabó la ‘sana distancia’ entre Winckler y Cuitláhuac.