Se comenta en los cafés de la capital que a menos de que Leslie Garibo Puga sea una experimentada fondista de alto rendimiento, sólo así podrá aguantar el paso como titular de esa ‘lavadora’ llamada Contraloría del Gobierno del Estado. 

Su quehacer ha dejado mucho que desear y eso que por esa dependencia han pasado personajes siniestros como Ricardo García Guzmán e Iván López Fernández, lo cual ya es mucho que decir. 

Resulta que Garibo Puga se la pasa corriendo de los reporteros que donde la ven le preguntan por los resultados de las investigaciones en el DIF, por el nepotismo en varias dependencias de Gobierno, y por su director general Anticorrupción Miguel Ángel Vega García, que tuvo en sus manos la vigilancia de los recursos públicos en la Sedesol y la Sedatu de Rosario Robles y nunca se percató del saqueo de casi 7 mil millones de pesos en megagraude conocido como ‘La Estafa Maestra’. Vaya, que nada puede aclarar.  

Nadie sabe de dónde le llega tanto poder a Garibo Puga pero este jueves se dio el lujo de que por sus pistolas se cerrara el acceso al recinto del Pueblo a los medios de comunicación para no ser molestada. 

Canillazos a estos nuevos funcionarios que piensan que jamás se les acabará su poder y que jamás podrán ser juzgados por su falta de transparencia y complicidad. 

No sería aventurado que en algunos días más, el protegido de Garibo Puga sea llamado a declarar por el caso de la Estafa Maestra y eventualmente encarcelado y luego, a ver con qué explicación saldrá la prepotente funcionara.