La diputada local priísta Erika Ayala Ríos, también líder estatal de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, comentó a Política al Día que al ser consultada como vocal de la Comisión Legislativa de Vigilancia respecto a la Convocatoria para elegir al próximo titular del ORFIS aseguró que ésta se deberá regir y apegar a las leyes vigentes. 

¿Es decir que el actual titular Lorenzo Antonio Portilla Vázquez quedaría fuera? Se le preguntó.

¡No precisamente! Contestó. “Si Lorenzo Antonio Portilla Vázquez quisiera hacer valer el derecho que, según él, le asiste por haber sido elegido para el cargo con una ley que preveía la posibilidad de una reelección, tendría primero que acudir a los tribunales y solicitar un Amparo si considera que se le violan sus garantías individuales y si la justicia lo ampara, entonces podría inscribirse”. 

“Sin embargo, de ahí tendría que caminar el mismo trecho que los demás aspirantes y quedar finalmente en la terna. Pero los diputados de la actual legislatura estamos en contra de una reelección en ese cargo”. 

Así que Lorenzo Antonio Portilla tendría que correr la ‘carrera del indio’ en un camino lleno de espinas y piedras, puesto que es muy conocida la opinión del propio presidente de la Junta de Coordinación Política, diputado Juan Javier Gómez Cazarín, en el sentido de que no está de acuerdo en que Portilla repita en el cargo. 

Es de entenderse que si Gómez Cazarín ha externado esa opinión es que ya lo debió consultar con su líder de Partido o con el mismo gobernador Cuitláhuac García Jiménez, por lo que desde aquí y desde fuera la pregunta es: ¿A qué le tira Lorenzo Antonio con todos los momios en contra?

Aquí se ha dicho que pudiera estar sirviendo de señuelo para ocultar a quien sí está en el ánimo de Morena y se encuentra ahí muy cerca de su privado para así poder hablar de la continuidad que él mismo asegura pretender. 

Pero lo que sí es mucho más claro hoy, es que Lorenzo Antonio habría tirado a la basura los centavos que invirtió para publicitar su imagen. Lea bien, se dice centavos, porque los billetes y sus cuentas bancarias esas ni las tocó.