Cuando a Peña Nieto y a “La Gaviota” Angélica Rivera les encontraron el espinoso tema de la “Casita Blanca”, para limpiar su imagen se sacaron de la chistera a un conejo, un patiño de nombre Virgilio Andrade para hacerle al cuento, hacer como que investigaba y al final determinar que en ese tema no había nada turbio. 

Lavaron el asunto en lo legal, pero en lo político y en el sumario colectivo nadie les creyó. 

Con Manuel Bartlett, no lo duden, la historia se volverá a repetir. No se necesita ser adivino ni tener una bola de cristal para suponer que pese a que la Secretaría de la Función Pública lo investigará, al final saldrá el nuevo patiño federal a decir que no, que el niño Bartlett es blanco y puro, que son puros infundios de los conservadores fifís y que ultimadamente, si el niño tiene casas todas están dentro del marco de la ley. 

Es tal el descaro del titular de la CFE y es tal la cobardía de Barney, cof cof, perdón, Bartlett, que incluso enviaron un derecho de réplica hace unos días al Excélsior utilizando un lenguaje poco institucional y defendiendo a ultranza al Director pero firmando el documento el Coordinador de Comunicación Corporativa. ¡Caray! El señalamiento no fue a la CFE, fue a la persona, y por tanto un derecho de réplica le asiste a él y solo a él. 

Como bien apunta el periodista Rafael Pérez Cárdenas en sus redes sociales: “Sólo imaginen que no es Bartlett sino Peña Nieto. Imaginen que no son decenas de casas en Las Lomas sino es la Casa Blanca. Imaginen que no es Loret que es Carmen Aristegui. Sólo imaginen que estaría sucediendo en este momento..!!”. 

La chairiza estaría embravecida, echando espuma por la boca… ahhhhhh pero no, Barney ya se limpió con las aguas purificadoras de la 4T y es, por tanto, casi un santo al que harán mártir.