Este medio día en los cafés políticos se comentó que, de acuerdo con las cifras que esta mañana dio a conocer el gobernador Cuitláhuac García Jiménez en Agua Dulce, o la encargada de la Fiscalía General es una maravilla o de plano de lo que se acusaba a Jorge Winckler Ortiz se quedaba corto. Winckler tenía el control y hacía caminar a la Fiscalía a un ritmo que permitiera a los delincuentes gozar de impunidad. 

Ahora que se tienen datos y elementos con qué fincarle responsabilidades al exfiscal, resulta una obligación del gobierno estatal pasar de las palabras a los hechos y llevarlo a juicio lo más pronto posible, ya que los datos que hoy manejó la Fiscal encargada deben tener respaldo y fundamentos toda vez que la Fiscal encargada no le puede mentir a la Mesa Estatal de Coordinación para la Construcción de la Paz y las más de siete mil carpetas archivadas -tan solo en la Fiscalía Regional del Sur de Veracruz de las que solo se ha procesado judicialmente menos del 2.5%- son una atrocidad. 

Lo anterior solo tiene una explicación: complicidad, contubernio y corrupción. 

La Fiscal encargada deberá, de inmediato, investigar la presunta ineficiencia de la que también habló el gobernador Cuitláhuac y dilucidar si la pírrica eficiencia en el proceso judicial de carpetas turnadas para la emisión correspondientes de órdenes de aprehensión son responsabilidad del Fiscal regional o de más arriba. 

Lo que sí no se puede soslayar es que los resultados anunciados podrían obligar a que la Fiscal encargada reciba una oportunidad definitiva. 

Canillazos para los lobos que vestidos de ovejas por poco y logran gobernar otros 6 años.