Un gran porcentaje de los mexicanos están de acuerdo con la gestión del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, el tabasqueño debiera hacer un alto en el camino tan acelerado que ha emprendido desde que asumió el poder, pues no todos sus colaboradores han podido seguirle el paso.

Por ejemplo, en el Sector Salud varios de sus colaboradores no le han respondido como, quizá, esperaba el Presidente. 

El tiempo que le ha dedicado al IMSS es como para que esa institución ya estuviera jalando al 100%, sin embargo a Zoé Robledo Aburto por un lado le entran las instrucciones y por otro le salen, pues ya hace más de un mes que le dio claras instrucciones para estimular a los médicos y enfermeras que laboran en zonas más alejadas y marginadas del país y es la hora que no se avanza ni se saben los criterios administrativos para que se hagan realidad las órdenes de López Obrador. 

Fue exactamente el pasado 22 de agosto, allá en la Selva Lacandona en los límites con Guatemala, cuando el Presidente le dio un mes a Zoé para que lo hiciera; le dijo que tenía que ser de inmediato. 

Por otro lado y al menos en Xalapa, en instituciones como el ISSSTE no se ha visto ninguna mejoría en el surtimiento de medicamentos. Siguen los encargados de farmacias rechazando a la gente que llega con recetas en mano y solo se llevan un “¡No hay este medicamento!… Vuelva la semana que entra a ver si llega… ¡Este no los están surtiendo de México!”, entre otras linduras. Por otro lado, los médicos especialistas siguen con agendas saturadas; y las citas con especialistas se otorgan hasta dos o tres meses posteriores a la petición de los médicos familiares, por ejemplo. 

A lo mejor el Súper Delegado y representante personal del Presidente en Veracruz, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, pudiera dedicarle un tiempecito para colocar ahí alguna persona de sus confianzas para que verifique lo que aquí se escribe.