De nuevo desde los Estados Unidos salen rayos y centellas contra políticos mexicanos por diversos hechos de corrupción en los que se han visto involucrados.

Hace unos días se hicieron virales las noticias en las que se daba a conocer la existencia de conversaciones grabadas por exagentes de inteligencia israelí en las que se revelan detalles de lo que todo mundo sospechaba: el modus operando de la red de corrupción al interior de PEMEX.

Según el periodista Carlos Loret de Mola, en esas grabaciones se revela que Carlos Morales, exdirector de Pemex Exploración y Producción (PEP), habría logrado recaudar dos mil millones de pesos con diversos contratistas para destinarlos a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en 2012, publica hoy en su columna Carlos Loret de Mola.

Sin embargo, se ve claro que la 4T está muy lejos de querer repetir lo que se hizo Brasil donde los que tenían que caer cayeron y donde los de arriba no pudieron frenar por las firmes y contundentes investigaciones policíacas de valientes y comprometidos agentes, ministerios públicos y jueces.

Hasta ahora se ha visto, el actual combate a la corrupción no funcionará para los de arriba, aunque la voz popular grite a los cuatro vientos que se lleve a juicio a los expresidentes Vicente Fox por enriquecimiento inexplicable; a Felipe Calderón por influir en la protección de Florence Cassez y a responsables de la muerte de niños en la guardería ABC de Hermosillo Sonora; y a Enrique Peña Nieto, por corrupción y delitos electorales que lo llevaron a la presidencia; habrá que esperarlo sentados como dijo el ladino gobernador de Puebla.