Lo que sucedió este jueves en Sinaloa no se puede considerar como parte de la “normalidad” de México. ¡Vaya! Ni siquiera es parte de la “normalidad” de los enfrentamientos con la delincuencia organizada. Fue un enfrentamiento atípico por la detención de uno de los hijos de los grandes capos de la droga mexicana.
Sin embargo, tampoco está de más recordar esta maldición de México que ha sido ser, tradicionalmente, el patio trasero de Estados Unidos.
Presidentes han pasado y siguen entregando la dignidad y la seguridad de los mexicanos en charola de plata a cambio de reconocimiento y canonjías gringas. ¿De dónde cree que vienen las armas que los malosos ostentan? Las armas de grueso… gruesísimo calibre que este jueves se pasearon sin control en Sinaloa, vienen de Estados Unidos.
México se ha complacido primero deteniendo el trasiego de la droga y ahora poniendo a miles de efectivos a formar el muro virtual de Donald Trump.
Asegura López Obrador que faltan elementos de seguridad, ¿Y si ocupan esos miles que están cuidando el paso de migrantes a combatir el narco?
No es que antes los presidentes no le hubieran besado los pies a los presidentes estadounidenses, lo hicieron y de lo lindo. El problema es que no se ve que esa maldición termine. La herencia continúa y le seguimos haciendo el trabajo sucio a los gringos. En fin, todo sea por otro reconocimiento y palmada en la espalda de Trump a López Obrador. |