El divorcio entre la sensación de inseguridad y los datos duros de la inseguridad, está más presente que nunca. 

El Gobernador Cuitláhuac García Jiménez anunció triunfante la mañana de este miércoles: “En la Mesa para la Construcción de la Paz dimos a conocer los resultados de seguridad en Veracruz. En septiembre disminuyó en un -35% el número de víctimas de homicidio doloso respecto al mes pasado y -20% respecto al año pasado. Poco a poco cada vez menos delitos”. 

Estas cifras serían, por sí mismas, tal vez no para festejar, pero sí cuando menos para estar optimistas. Que bajen los homicidios dolosos 35% con respecto al mes pasado es un super dato. El problema es que la percepción de la inseguridad es otra cosa, y ahí, en percepción, la gente sigue pesimista. 

Los datos duros que presentó Cuitláhuac ni siquiera son “sus datos”, ni “otros datos”, son los datos que informa el  Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Entonces, ¿Por qué muchos no le creen? Bueno, pues porque no es fácil vivir durante años en medio de una crisis de inseguridad brutal, como para que con que baje un indicador en un mes se pueda sentir la sociedad tranquila. 

¿Qué se necesita para que la percepción de la inseguridad baje? En principio que los índices delictivos continúen bajando (una flor no hace primavera) y que ésta disminución sea constante durante un buen tiempo. 

¿Es para festejar el dato que dio Cuitláhuac? ¡No! Pero cuando menos es una buena pauta para estar “Optimistas”.