El diseño del Sistema Estatal Anticorrupción de Veracruz (SEA) choca con el quehacer político de los nuevos tiempos más que nada por un diseño de Ley que prolonga mediante una débil participación ciudadana la ancestral corrupción que se quiso combatir.

La inclusión acotada de los ciudadanos en el Sistema, aunque en el papel se les asignó a los ciudadanos la presidencia misma, carece de un equilibrio de fuerzas en una relación de 6 votos contra uno, aún y que en el Comité Ciudadano esté compuesto  por personas probas y de reconocido prestigio, honestidad y capacidad, los representantes institucionales los avasallan en las decisiones y anulan cualquier posibilidad de cambio de viejos paradigmas y de ir a fondo en el estudio y sanción de las denuncias que se presentan ante el SEA.

La Maestra Alma Delia Hernández Sánchez, integrante del Comité de Participación Ciudadana, en un clara y conciso artículo que denominó ‘La escuela de Calígula y el Sistema Estatal Anticorrupción’  define al Sistema Estatal Anticorrupción como un ente avasallador de la sociedad civil y la participación ciudadana.

En el SEA los ciudadanos son avasallados por el Órgano mayoritario de Gobierno por un lado y por otro a través de una Secretaría Técnica desde la cual se controlan los escasos recursos económicos asignados al Sistema. Amén de que cuando el ocupante de la Secretaría Técnica resulta ser señalado públicamente por su carencia de valores humanos, obedecer a intereses políticos ajenos al Sistema y enfrentar por más señas, denuncias ante la Fiscalía por acosar empleadas de la institución, echa al traste con los objetivos superiores y sublimes del SEA.  

Urge que para un justo, equitativo y equilibrado Sistema Estatal Anticorrupción funcione acorde a imparcialidad y democracia, se investiguen a fondo los hechos denunciados y se realicen a la voz de ya las reformas necesarias a la Ley que le dio vida.

No hacerlo a tiempo, frustrará la incipiente y bien intencionada participación ciudadana en Veracruz. Diputados tienen la palabra de rescatar este órgano tan importante para la sociedad.
Sería una lástima no intentarlo siquiera.