Si los partidos políticos han caído en el descrédito y el rechazo de la sociedad es porque sus directivos y militantes antepusieron a las ideologías de sus siglas, el mercantil interés de llegar al poder a costa de lo que sea y por encima de quien sea. 

Las traiciones, alianzas, cambios de camiseta sin escrúpulo alguno, fueron la divisa política de cientos y cientos de políticos que un día llegaban al poder por un partido y al otro ganaban por otro con ideologías diametralmente opuestas. 

Los partidos mismos negociaron, se aliaron con otros que en esencia eran como el agua y el aceite. Se perdieron los mínimos sentidos de congruencia política. Los partidos se hicieron viejos, sucios, malolientes, indeseables y los políticos también. La mayoría se contagió de la corrupción, de deslealtad sin principios ni valores. Por ello y más los votantes le retiraron su apoyo en las elecciones más recientes. 

MORENA, el Movimiento de Regeneración Nacional como tal, cachó toda esa inconformidad y el hastío para ganar con holgura la Presidencia, así como la mayoría de las curules y los escaños en el Congreso de la Unión. En varios estados el rechazo fue igual, estados que por primera vez ganó un gobernador producto de partidos diferentes al PRI, PAN o PRD. 

El votante no quiso ver si MORENA tenía o no capacidad de ser mejor o peor, lo que quiso fue darle un escarmiento a todos esos partidos y políticos que por años les habían traicionado.

Pero a un año el nuevo gobierno bajo la batuta de Andrés Manuel López Obrador, empecinado en cumplir con sus promesas de campaña, hace agua. Poco a poco se caen máscaras y salen a relucir las verdaderas caras de mercenarios infiltrados cuyos intereses de políticos impregnados de genes camaleónicos le dan de nuevo la espalda no solo a MORENA y al Presidente, sino al pueblo. 

Los botones de muestra y ejemplos de lo antes dicho han brotado como malas hierbas en el Congreso, como es el caso de un a todas luces ventajoso y sucio político que ha ocupado cuatro veces curul en San Lázaro: primero por el PRI, luego por Movimiento Ciudadano y posteriormente por Morena. Al Senado ha llegado a ocupar escaños hasta en tres ocasiones, primero por el PRD, luego por el PT y ahora por MORENA. También fue gobernador y por el PRD luego de renunciar al PRI que se negó postularlo. Y para más señas de su camaleónica trayectoria política también fue delegado en la Delegación Cuauhtémoc de la capital mexicana por MORENA… un auténtico chilaquil político es el currículo de Ricardo Monreal.

A su pública y conocida polémica gestión en los cargos antes mencionados, se suman ahora la marrullera operación política para desbarrancar de la presidencia del Senado a su compañero de partido y senador Martí Batres. Ya ni mencionar la vergonzosa y sucia operación política para encumbrar en la CNDH a Rosario Piedra Ibarra, quien a todas luces no cumplía con los requisitos legales para ello. 

Pero no solo Monreal es un diamante de incongruencia política. En la reciente discusión para aprobar el Presupuesto de Egresos 2020, el coordinador de la bancada MORENA tuvo que batallar con sus compañeros de la misma bancada que por debajo del agua le echaron encima a diversos líderes de organizaciones campesinas. Es más, algunos diputados de MORENA dijeron abiertamente que votarían en contra de la aprobación del Presupuesto tal y como venía de Hacienda. Perder las millonarias prebendas que hasta el presupuesto 2019 se les entregaban a los diputados los hizo a muchos de ellos enseñar el cobre públicamente.  

Y por si fuera poco, en la lucha por la Presidencia de MORENA, muchos morenos se han visto como auténticos y fieros mastines. Grupos contra grupos en las Asambleas distritales en las que al mero viejo estilo se dieron acarreos, balazos, trampas, amenazas, fraudes y toda clase de linduras que el INE se vio precisado a sancionar. Sin decir que a más de 6 meses de jaloneos aún no logran acordar el método para renovar el Comité Ejecutivo Nacional desoyendo la sugerencia de AMLO para que el nuevo presidente sea elegido por encuesta. 

Imagínense si esto sucede hoy en la disputa por la presidencia de MORENA, ¿Qué será cuando deban acordar la sucesión del 2014? 

No se ve ilógico ni remoto que quienes impidan al Presidente AMLO concretar y aterrizar la Cuarta Transformación, serán los ambiciosos y camaleónicos políticos infiltrados en MORENA y no sus adversarios políticos. 

@frlicona