Mal y de malas le va a Rosario Robles Berlanga, primer pez gordo del sexenio Peñista que ha caído en poder de la justicia. No le ha valido nada de lo que ha emprendido legal o mediáticamente para que AMLO le eche una manita en recuerdo de aquellos tiempos por los que transitó en la izquierda y era visitada en su casa por el hoy Presidente.

Todo le ha salido mal, ni sus cargadas cuentas bancarias le han descongelado, ni le han cambiado de Juez que ve su caso, ni le han permitido salir con el beneficio de prisión domiciliaria preventiva.

De nada le han valido aquellas palabras que lanzó al viento el expresidente Peña en su defensa: ‘No te preocupes Rosario, hay que aguantar’ El problema ahora es que a lo mejor y Rosario no aguanta y empieza a cantar para aliviar sus sentencias. Y, entonces sí, que se preocupen muchos peñistas pues tanto dinero que se menciona se guardó con la ‘Estafa Maestra’ que imposible que ella se lo haya embolsado todo.

Ya como para acabarla de amolar, los diputados federales le apretaron un poco más al torniquete y en Comisiones Unidas de Gobernación y Justicia aprobaron iniciarle un JUICIO POLÍTICO, por su tan cuestionada gestión al frente de la Secretaría de Desarrollo Social y posteriormente en la SEDATU y los presuntos delitos que se le siguen en juicio por ‘La Estafa Maestra’.

Algo que en la historia del Congreso no se había iniciado hasta ahora.

Y lo más probable es que la Sección Instructora lo secunde y luego el Pleno de San Lázaro.

El tiburón Moreno va tras la sangre de Peña.  

¡Nanita!