Ciencia y Cultura

Los científicos buscan proteger a la extraña orquídea fantasma de Florida
Por: Crestomatía
2019-12-16 - 09:39:32 /

Las actividades humanas amenazan estas flores extraordinarias que los científicos aún siguen investigando.


La orquídea fantasma es una flor inusual y muy atractiva que solo crece en Cuba y en los bosques pantanosos del sur de Florida, donde hay unas 2.000 plantas. Esta especie, que extrae humedad del aire, no tiene hojas y presenta unos tallos verdes que se sujetan a los árboles para darle firmeza a la planta.


Durante la mayor parte del año, la orquídea fantasma no presenta ninguna particularidad especial. Sin embargo, cuando florece, es asombrosa. La flor tiene un tono blanco que se destaca sobre el verde oscuro de los pantanos donde habita. De sus pétalos salen dos colas largas y delicadas que se agitan con la brisa, y da la impresión de que la flor flota en el aire. La orquídea fantasma, una especie paraguas, solo sobrevive en bosques intactos con niveles de humedad altos que la protegen de las heladas invernales, la sequía y los incendios forestales.


Uno de los pocos lugares donde podemos observar una orquídea fantasma es el Corkscrew Swamp Sanctuary, el mayor bosque de cipreses calvos o cipreses de los pantanos. Pero lo que uno puede ver aquí no es una orquídea fantasma normal y corriente, sino una planta enorme denominada “superfantasma”. Se encuentra a 15 metros de altura en un ciprés —lugar donde está protegida de los furtivos— y los visitantes pueden observarla a través de un telescopio.


La orquídea fantasma no es la única planta aerófita, o epífita, que habita pantanos y bosques inundables. Las exuberantes copas de los cipreses añosos proporcionan hábitats y microclimas ideales para otras epifitas raras, como esta orquídea “Polystachya concreta”.


Esta superfantasma, que puede estar formada por varias plantas entrelazadas, produce más de 40 flores en verano y puede tener 10 o más en flor al mismo tiempo.


“Es increíble, ya que la mayoría de las orquídeas fantasma silvestres solo producen una o dos flores al mismo tiempo”, afirma el fotógrafo Mac Stone.


Pero esta superfantasma y otras orquídeas fantasma podrían estar en peligro. Una investigación reciente ha revelado que el Corkscrew se está secando. Según el nuevo trabajo, publicado en la revista Wetland Science & Practice, hoy los pantanos y bosques inundables atraviesan períodos secos más prolongados, se secan más rápido y, en general, contienen menos agua.


Aunque el estudio —cuyos coautores son Shawn Clem, el director de investigación del refugio, y Michael Duever, hidrólogo — se centra exclusivamente en el pantano de Corkscrew, científicos y conservacionistas afirman que la mayoría de las orquídeas fantasma de Florida enfrentan la misma amenaza: los cambios en el uso de la tierra y la urbanización limitan el flujo de agua en sus hábitats principales.


La amenaza del desarrollo urbano
Las orquídeas fantasma de Florida se encuentran, principalmente, en áreas protegidas: refugios nacionales de vida silvestre, reservas y bosques estatales y refugios privados, como Corkscrew. Estos lugares cuentan con lo que necesitan las orquídeas y otras plantas aerófitas, o epífitas: un alto nivel de humedad producto del agua estancada durante la estación húmeda, que comienza a finales de primavera y dura todo el otoño.


Históricamente las orquídeas fantasma han podido sobrevivir a la estación seca ya que esta no se extiende lo suficiente como para que se sequen. Por ejemplo, el estudio determina que entre los años 1960 y 2000, el agua de Corkscrew se secó por un periodo máximo de dos meses en los bosques de cipreses. Pero en los últimos años, Corkscrew ha tenido más de tres meses secos al año. Según Peter Houlihan, científico de conservación y explorador de National Geographic que estudia las orquídeas, en algunos lugares, esto podría ser suficiente para afectar a las plantas.


Houlihan afirma que estos periodos de sequía pueden provocar la extinción de orquídeas fantasma a nivel local. “Es solo un ejemplo que confirma lo delicada que es la orquídea fantasma”.


El trabajo de Clem y Duever sugiere varias causas de la disminución del agua, la mayoría vinculadas al desarrollo urbano. Entre ellas figuran el desvío por canales (que impiden que el agua inunde carreteras y barrios), el aumento de extracción para áreas periféricas y la agricultura, y la disminución del espacio verde para almacenamiento de agua. Otra causa es el cambio en la cubierta vegetal: se pasó de gramíneas a plantas grandes, como arbustos, que utilizan más agua.


Clem sostiene que esto confirma que no podemos crear una reserva y dormirnos en los laureles. Debemos defender las plantas, los animales y el ecosistema entero de amenazas que están fuera de los límites del refugio.


“No podemos simplemente cercar un área y suponer que hemos resuelto todos los problemas. Debemos pensar cómo estamos gestionando el agua, y proteger su flujo”, afirma Robert Sobczak, hidrólogo de la reserva nacional Big Cypress, que alberga la mayor cantidad de orquídeas fantasma (cerca de mil ejemplares).


Una urbanización que traspasa fronteras
La hidrología de casi todos los lugares de Florida donde hay orquídeas fantasma se ha visto alterada por la urbanización de las zonas circundantes: por ejemplo, en los últimos 15 años, el entorno de Big Cypress ha sido mucho más seco que en años anteriores.


“Estamos en octubre y está muy seco”, cuenta Sobczak por teléfono en medio de una visita a uno de los grandes grupos circulares de cipreses que se distribuyen por la reserva. “Este grupo debería estar lleno”. Si bien todavía no puede establecer una relación directa entre la falta de agua y la muerte de las orquídeas fantasma en Big Cypress, Sobczak y su colega Tony Pernas se encuentran realmente preocupados por esta situación.


“Esto me preocupa mucho”, afirma Pernas, botánico y director de gestión de recursos en la reserva. “Las orquídeas fantasma tienen un nicho en las áreas del pantano con aguas más profundas; por lo tanto, si los niveles del agua disminuyen apenas unos centímetros, podrían producirse incendios forestales que acabarían con su población”. Para tener en cuenta, en los dos últimos años, las llamas han devastado un terreno de 12 hectáreas de Big Cypress, que incluía gran parte del hábitat principal de las orquídeas fantasma.


En el Picayune Strand State Forest, la situación es más apremiante. Como en otras partes de la zona (excepto Corkscrew), sus principales bosques de cipreses se talaron en las décadas de 1940 y 1950. Poco después, se construyó un canal y una carretera para la creación de una ciudad llamada Southern Golden Gate Estates, concebida como la mayor subdivisión del mundo. Finalmente, el plan no prosperó, pero según Mike Owen, biólogo de la reserva estatal de Fakahatchee Strand al este de Picayune, el drenaje de la zona y la posterior bajada del nivel freático han afectado mucho a la flora, entre esta, las orquídeas fantasma.


“Picayune ya no cuenta con la gran cantidad de orquídeas fantasma que solía tener”, afirma Owen. “ Y eso se debe, en parte, a las reducciones del hidroperíodo”, añade, refiriéndose al período en el que el suelo se cubre de agua. Explica que el hidroperíodo más breve se debe a una serie de canales que aún se encuentran distribuidos por la propiedad.


El caudal de la reserva de Fakahatchee y el refugio Florida Panther Wildlife Refuge, que juntos reúnen a casi la mitad de las orquídeas fantasma del estado, también pierde agua debido a un canal que recorre la carretera estatal 29. Esta vía de dos carriles —que el estado quiere ampliar a cuatro— se dirige hacia el norte desde Everglades City, en la costa, hacia el interior sudoeste y conduce el agua hacia el mar, y de esta manera, la aleja de los terrenos de conservación.


Razones para tener esperanza
A pesar de este panorama, la implementación de programas de restauración y una planificación más minuciosa podrían ser de gran ayuda. La reserva Fakahatchee Strand State Preserve, por ejemplo, ha conectado dos canales que solían desviar el agua al oeste. Owen afirma que, desde que se realizó ese cambio, el nivel del agua ha aumentado más de 30 centímetros en la reserva, la cual se ha hecho muy conocida porque allí, en 1994, detuvieron a un hombre llamado John Laroche cuando intentaba robar orquídeas fantasma y otras epífitas, una historia narrada en el libro El ladrón de orquídeas y en la película Adaptation.


“Creo que debemos entender este trabajo como una llamada de atención para que se mantengan los correctos niveles de agua en áreas protegidas”, afirma Sobczak sobre la investigación de Clem y Duever. Si bien Corkscrew está más cerca de urbanizaciones suburbanas que la mayoría del resto de los hábitats de las orquídeas, cada vez existen más subdivisiones. A medida que se acercan a las áreas protegidas, los cambios hidrológicos podrían afectar a la totalidad de ellos.


Houlihan afirma que todavía queda mucho que aprender sobre la orquídea fantasma (Dendrophylax lindenii); por lo tanto, es fundamental proteger su hábitat. Para poner un ejemplo, un estudio de septiembre de 2019 de Houlihan, Stone, Clem, Owen y Thomas Emmel —con observaciones de un equipo dirigido por el fotógrafo Carlton Ward en el refugio Florida Panther National Wildlife Refuge— reveló que a las orquídeas fantasma las polinizan más de una especie de polilla, a diferencia de lo que pensaban los científicos. Este hallazgo no solo aporta información sobre la biología reproductiva poco conocida de esta planta, sino que sugiere que la conservación de la orquídea fantasma sería mucho menos costosa de lo que se cree, ya que no depende de un único polinizador.


La situación apremiante de la orquídea ha inspirado a muchos científicos y conservacionistas a luchar para que la Ley de Especies en peligro de extinción de los Estados Unidos la agregue a su lista y apoye la protección de esta planta. Owen y otros expertos están trabajando para aportar datos que justifiquen este pedido, que esperan poder presentar en el futuro próximo. La inclusión de la orquídea en la Ley de Especies en peligro de extinción también fomentaría la protección de su hábitat.


Clem sostiene: "Es necesario proteger áreas como Corkscrew para poder continuar aprendiendo acerca de la ecología ... y conservar parte de la vida silvestre y las plantas únicas que crecen en estos lugares".


Con información tomada de National Geographic.

 
 
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